El verano ya esta aquí, algo diferente de otros años lo se, pero la vida sigue y hay que disfrutar
 de las cosas bonitas que nos ofrece.

La brisa del mar, los atardeceres dorados y la compañía de nuestros peques.

 

Un paseo por la playa inmortalizado, el recuerdo de como te miraba tu peque a esa edad, 
son cosas que no tienen precio.

 

 

Los nuevos descubrimientos son algo tan mágico, que nos pasaríamos horas mirando sus caras
 de sorpresa, escuchando el sonido del mar en una caracola.